jueves 1 junio, 2023 / Comercio

EL SECTOR COOPERATIVO DUPLICÓ SUS EXPORTACIONES Y ALCANZÓ EL MAYOR VALOR DESDE 2016

Hay 15.000 las cooperativas en el país y 27 millones de personas están vinculadas al sector. El sector incide de este modo en el ingreso de divisas y en el desarrollo regional.

En 2022 las cooperativas del país exportaron 160 productos a 121 destinos. Entre los principales se destacan maíz, subproductos derivados de la soja y aceite de soja. Esto permitió una mejora en la injerencia del sector sobre el total de las ventas argentinas al mundo, pasando su participación de 2,4% en 2018 a 4,4% en 2022.

Los datos se desprenden de un relevamiento realizado por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) junto con la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional y el Ministerio de Relaciones Exteriores, que da cuenta del crecimiento en la capacidad exportadora directa de unas 60 cooperativas. Además, en 23 de los casos se observa una suba significativa con respecto a lo vendido en 2021, mientras que se sumaron 8 nuevas empresas que no registraban ventas desde el 2011.

Si bien los principales envíos fueron a China (USD 579 millones), Vietnam (USD 322 millones) e India (USD 287 millones), también crecen las ventas a nivel regional a destinos como Uruguay, Brasil, Chile y Paraguay. “El diferencial con las cooperativas, más allá de que como todo sector que exporta trae divisas y es positivo, es que lo que viene de esa exportación después redunda en desarrollo local, porque el excedente circula en el lugar donde está la cooperativa”, señalaron a este medio desde el INAES.

 

Números crecientes

De acuerdo a los últimos datos del Monitor de Exportaciones del Cooperativismo en 2022 un total de 68 cooperativas registraron exportaciones por USD $3.889 millones, logrando un incremento del 0,9% respecto a 2021, y alcanzando el valor más alto de los últimos años. Si se mira la evolución en el tiempo se observa que entre 2018 y 2022 las exportaciones del sector crecieron 167%.

El informe al que accedió este portal señala que tras la pandemia, “se produjo un notable aumento en los envíos hacia Indonesia, India y Corea del Sur, con valores de exportación que han aumentado en USD $144 millones, USD $92 millones y USD $98 millones, respectivamente”. Solo el año pasado se registraron envíos a 121 destinos, un promedio de 7,5 destinos por cooperativa. Por su parte, los principales productos exportados fueron maíz (USD 1.046 millones), los subproductos derivados del cultivo de la soja (USD 714 millones) y el aceite de soja (USD 539 millones). Los 10 productos exportados más importantes concentraron el 91% del total de los despachos.

¿Cómo se llega a estos números? En diálogo con El Destape, Alexandre Roig, presidente del INAES, dijo que “en primer lugar un factor se vincula con la propia dinámica del sector que viene creciendo en el tiempo, se suma que desde el INAES tuvimos políticas de acompañamiento con la Agencia de Inversiones para fomentar la exportación de actores que, quizás, no se imaginaban que podían hacerlo. A esto hay que agregar la puesta en marcha de misiones claves para la exportación, las ferias internacionales, y contactos con actores globales para lograr la apertura de circuitos comerciales”.

En la misma línea, Roig consideró que “hay un imaginario que plantea que exportar es solo para algunos actores, nosotros nos propusimos acompañar en la formación y en los procedimientos y certificaciones que implica exportar, y abrir mercados nuevos”. Al respecto, sobre cómo jugar un partido en el que llevan ventaja actores concentrados de la economía, el funcionario analizó que “sin dudas hay actores de peso que son muy activos, invierten mucho y tienen desarrollos verticales y horizontales impresionantes, y en ese esquema se va ganando lugar desde la eficiencia que caracteriza a la gestión cooperativa y, sobre todo, porque se defienden los intereses de los productores, no de los exportadores, esto es una gran diferencia”. Otras actividades de menor impacto en sus ventas externas pero que buscan abrirse camino son aquellos vinculados a la innovación, a las tecnologías de la comunicación y servicios varios.

El Monitor permite cuantificar el peso de las cooperativas en el comercio exterior y da cuenta de que los envíos que más crecieron en los últimos años. Desde 2021, se destacan los casos de aceite de girasol (USD 127 millones; +524% interanual), harina y pellets de girasol (US$ 30,5 millones; +184% i.a) y trigo y morcajo (US$ 376 millones; +38% i.a). Según su promedio exportado, entre 2016 y 2022, las empresas que tienen un valor de USD 50 millones en adelante, concentran el 93% del total exportado.

A nivel regional, desde el organismo indicaron que trabajan en consolidar redes de exportación en el Mercosur, que se suma a alianzas con Emiratos Árabes, China, Corea y Estados Unidos.

Dólares y desarrollo local

El mundo cooperativo se destaca por su auto-organización, en un contexto donde el mundo del trabajo tradicional muestra cada vez mayores heterogeneidades.

“Como cualquier sector que exporta, el cooperativismo trae divisas al país y eso viene muy bien, pero el diferencial está en que todo lo que viene de la exportación después redunda en desarrollo local”, analizó al ser consultado el presidente del INAES y detalló que “hay una conexión inmediata entre exportación y desarrollo local porque el excedente circula en el lugar donde está la cooperativa, es decir, posibilita la distribución de capital en el territorio no lo concentra, entonces que las cooperativas exporten más también es un dato significativo de una mejor distribución del excedente en el país”.

Desde el organismo encargado de promover y controlar el accionar de las cooperativas y mutuales destacan además que el sector supera mejor las situaciones de crisis que otras formas organizativas, “si bien lo defendemos como forma organizativa que vale por sí misma, porque no es solamente una forma ante la crisis, tiene el atributo de atravesar mejor las crisis y eso se ve ahora y se va a ver en los próximos años”. A modo de ejemplo, a escala global, recordó que “una declaración reciente de las Naciones Unidas dio cuenta de la importancia del cooperativismo para el desarrollo económico de los países y la OIT, por primera vez en 110 años, adoptó una definición de la economía social que da cuenta que la cooperativas y mutuales tienen la capacidad de organizar gran parte del sector productivo”.

En Argentina existe unas 15.000 cooperativas y 5.000 mutuales y al menos 27 millones de personas están vinculadas a estas formas de organización del trabajo, de prestación de servicios, de ayuda social y económica. “Argentina es un país cooperativo-mutual, con una capacidad de organización del mundo del trabajo muy grande. En el sector llamado informal, hay cerca de 11 millones de personas, unos 4 millones están registrados en el Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (ReNaTEP) y evaluamos que al menos 2 millones podrían encontrar su forma organizativa en el cooperativismo, si tenemos continuidad y persistencia en las políticas que llevamos adelante hasta ahora”.

En este punto, aparece también la necesidad de dotar de derechos a todo el mundo del trabajo. “Si bien es una forma de organización muy potente sigue siendo precaria, por eso hay que seguir avanzando. El otro aspecto a tener en cuenta es que existen áreas de la economía que si no están organizadas por el sector cooperativo y mutual no van a estar organizadas por nadie, este sector se está haciendo cargo de gran parte de la producción de lo que el capital ya no organiza porque no le es rentable”.